CONFERENCIA HEIDELBERG
Una de las preguntas frecuentes de los clientes a la hora de aplicar la técnica del estampado es si es más adecuado hacerlo en frío -coldfoil- o en caliente -hotfoil-. No hay una respuesta concluyente a esta cuestión, ya que dependerá del tipo de trabajo y del resultado que se quiere conseguir, además de otras consideraciones a tener en cuenta y que determinarán el proceso idóneo a seguir. Ángel Pérez, director de marketing y comercio electrónico de Heidelberg España, e Ignacio Baquero, director de Producto Impulsor Comercial de Pliegos HSP de la misma empresa, ofrecieron en Graphispag algunas claves para diferenciar ambas técnicas y cómo escoger la más apropiada.
Hotfoil y coldfoil son dos opciones que reflejan lo que queremos hacer en estampación en los trabajos gráficos. Además, generalmente hablamos de packaging, que es donde más se utiliza, pero también podríamos hablar en algunos casos en impresión comercial.
¿Una de las diferencias más significativas? El estampado en caliente funciona muy bien para aplicaciones precisas y patrones definidos en áreas pequeñas. La lámina en frío, por otro lado, es la técnica preferida para áreas grandes, como cobertura moderada o completa de cajas plegables.
También se debe tener en cuenta las consideraciones de personalización: el estampado en caliente permite grabar sobre la lámina o conseguir relieves, mientras que la lámina fría nos daría un control sobre las posibilidades del color trabajando en línea.
Los objetivos determinan la elección
El coldfoil es un proceso inline y una tecnología al alza en los últimos años. No en vano, se han construido más de 8 instalaciones de este tipo en España. Esta técnica utiliza una fina capa metálica que se sitúa en la parte superior del papel, y la tinta se imprime sobre la lámina. La capa metálica se muestra a través de la tinta consiguiendo efectos brillantes y reflectantes. La lámina fría puede dar una imagen fotográfica con degradados y sombreados mientras que la lámina caliente se limita a un solo color plano.
Durante el proceso de laminado en frío, se imprime con un adhesivo curable por UV sobre el sustrato con la forma del diseño que se va a laminar. Luego, la lámina se presiona sobre el material y se retira donde no se imprimió el adhesivo. Después de una ejecución rápida bajo la luz ultravioleta, el producto está terminado.
La lámina en frío está disponible en una amplia variedad de patrones y colores, y no se requieren herramientas para el proceso. Además, se puede sobreimprimir fácilmente y se puede utilizar en materiales sensibles al calor.
En cambio, el hotfoil es un proceso offline de hoja opaca estampado en caliente sobre un soporte. La gran diferencia está en cómo depositamos la lámina sobre la superficie: en este caso la lámina de metal se deposita por un proceso de calor fuerte sobre el soporte elegido. Cuando por ejemplo estampamos sobre el cartón directamente, este ya no admite una post impresión, por ello estaríamos hablando de un proceso de post impresión, a diferencia del coldfoil, que es un proceso enmarcado en la impresión. Esta lámina funciona muy bien para texto o formas y diseños mínimos y es la técnica preferida por quienes buscan un acabado limpio y muy detallado. El laminado en caliente se puede combinar con el estampado en relieve para producir un efecto táctil, que no se puede hacer con papel de aluminio frío.
La lámina de estampación en caliente brinda una apariencia lujosamente rica y en relieve. Se pueden incorporar líneas y texto muy finos en los diseños de packaging, en muchos colores y patrones diferentes. En este sentido, los relieves que se pueden producir con el hotfoil son un poco más exactos que con el foil en frío. En cambio, una de las desventajas del hotfoil es la velocidad en la que trabajamos habitualmente, de 6.000 copias/hora, por debajo del troquelado, mientras que el coldfoil tiene la velocidad de una máquina de imprimir, a unas 18.000 copias/hora. En este sentido también es importante las diferencias respecto al nivel de productividad y de la producción final. Para tiradas largas, donde más interesa el coldfoil, da un muy buen resultado en portadas.
Si tenemos necesidad de cubrir en impreso muy grande, preparar una máquina de hotfoil lleva mucho tiempo. En cambio, preparar un modelo de coldfoil implica poner a punto simplemente una plancha. Y es que cuando hablamos de coldfoil nos referimos a una plancha de impresión mientras que en hotfoil hablamos de un troquelado. Por ello, el coste en hotfoil es mayor en inicio, independientemente del resultado que queramos obtener.
No hay una solución ideal de forma genérica para todos los proyectos ya que cada producto tiene su razón de ser. Independientemente de la máquina que utilicemos y de la tecnología –si es en caliente o en frío– lo que debemos tener en cuenta es que la generación de residuo de cold es mucho menor que en hot. La razón es que en frío reciclamos la lámina y en caliente se pierde algo más de lámina durante el proceso.
En definitiva, ambas tecnologías no son excluyentes, las dos van enfocadas a diferentes tipos de producto y de tirada e incluso en algunos casos pueden ser complementarias.
Comparativa:
COLDFOIL | HOTFOIL |
Es un proceso de impresión | Es un proceso de post impresión |
El equipo es un módulo sobre uno de los cuerpos de impresión. | Se trata de una troqueladora |
Necesita plancha | Troquel |
Menos nivel en detalle | Detalles más finos |
Pigmento más barato | Lámina resistente |
Menos desperdicio | Más residuos |
Adhesivo curable por UV | Prensado y en caliente |
El soporte laminado como residuo admite repulpación. Fácilmente reciclable. | Es caro y complicado deslaminar por lo que se convierte en un soporte no reciclable. |
Consume menos energía y es más rápido | Consume más energía y es más lento |
*Fuente: Heidelberg