En su última edición, Graphispag resaltó la necesaria alianza entre diseñadores e impresores para lograr productos gráficos de calidad y alto impacto. A través de dos mesas redondas, se debatió cómo esta colaboración va más allá de la técnica, convirtiéndose en un factor estratégico para garantizar la coherencia visual y fortalecer la identidad de marca. La impresión se ha consolidado como una herramienta clave para comunicar y diferenciar productos en un mercado cada vez más competitivo.
La impresión como elemento esencial del branding
Jaime de Haro, editor de IPMARK y moderador de la primera mesa redonda, abrió el debate destacando la importancia de la impresión en la construcción de marca y en su gestión. Enric Batlle, CEO y director creativo de Batllegroup, subrayó que el color es un elemento esencial en la identidad visual de una marca: “la coherencia y la consistencia son fundamentales; por eso es clave que los impresores respeten los códigos cromáticos”. Como ejemplo, mencionó el caso de Danone y su icónico yogur griego, cuya identidad visual perdura desde hace 30 años gracias a un color bien impreso.
Lluís Morillas, presidente de Morillas, enfatizó la necesidad de entender el diseño de manera estratégica y sostenible. Presentó el caso del ron Alta Bruma, un proyecto de packaging desarrollado con materiales reciclados y basado en la economía circular. “No solo diseñamos una etiqueta, sino que pensamos en todo el ciclo de vida del envase”, explicó Morillas. La economía circular aplicada al diseño de envases es un factor que cada vez tiene más en cuenta el consumidor actual, buscando productos no solo atractivos, sino también responsables con el medioambiente.
Este enfoque en la sostenibilidad también fue respaldado por Pepo Figueras, director comercial de Cideyeg, quien destacó la creciente demanda de materiales ecológicos y reciclables: “El consumidor está dispuesto a pagar más por un producto respetuoso con el medioambiente, pero esto requiere que todos en la cadena de producción estemos alineados”. En este sentido, la elección de los materiales y los acabados juega un papel crucial en la percepción de calidad y sostenibilidad de un producto. La aplicación de tintas biodegradables, barnices al agua y soportes reciclados son cada vez más comunes, pero también requieren un conocimiento técnico profundo para garantizar su correcta aplicación y durabilidad.
Además, se abordó el papel del packaging en la comunicación de marca. Batlle mencionó que el envase no es solo un contenedor, sino una herramienta de comunicación en sí mismo: “el packaging bien diseñado es el único canal de comunicación que el consumidor tiene en sus manos, por lo que es crucial que sea atractivo, informativo y refleje la esencia de la marca”. Citó el caso de ColaCao, cuyo rediseño de envase consiguió transmitir la historia de la marca a través de sus elementos visuales, los materiales y acabados.
La visión del impresor: un socio imprescindible
Pepo Figueras aportó la perspectiva del impresor, destacando la importancia de una comunicación fluida con diseñadores y agencias desde el inicio del proyecto: “Muchas veces nos llegan diseños sin tener en cuenta las limitaciones técnicas. Si desde el principio se consultara con el impresor, se evitarían errores costosos”.
Por otro lado, se abordó la problemática de la formación en el sector de las artes gráficas. Figueras lamentó la falta de nuevos talentos en el ámbito de la impresión y destacó la importancia de incentivar a las nuevas generaciones. En este sentido, aseguró: “tenemos que acercarnos más a las escuelas y formar a futuros profesionales que entiendan tanto el diseño como la producción”.
Para ampliar la formación de las nuevas generaciones, muchas empresas de impresión han comenzado a colaborar con escuelas y universidades, organizando talleres y programas de formación práctica. Esto permite a los diseñadores comprender mejor las posibilidades y limitaciones técnicas de la impresión, al tiempo que los impresores se actualizan sobre tendencias de diseño emergentes.
La impresión como parte del proceso creativo
En la segunda mesa redonda, moderada por Víctor Palau, editor y director de Gràffica, se analizó el proceso de transformar una idea en un producto impreso de alta calidad. Josep Amat, asesor comercial en Vanguard Grafic, destacó la importancia de que los impresores también comprendan el lenguaje del diseño: “Debemos dejar de ser solo ejecutores y convertirnos en asesores. Cuanto antes entremos en el proyecto, mejor será el resultado final”.
Guillermo Rubio, director creativo de Rubio & Del Almo, reforzó esta idea al explicar cómo, en muchos casos, la producción puede ser parte esencial del concepto creativo: “a veces, la clave del diseño está en cómo se imprime. No se trata solo de estética, sino de entender qué materiales y procesos nos permiten transmitir mejor el mensaje de la marca”. Como ejemplo, Rubio mencionó un envase de blanqueamiento dental premium en el que la aplicación de una tinta metálica específica jugó un papel crucial en la percepción de calidad del producto.
Por su parte, el decano emérito del Col·legi Oficial de Disseny Gràfic de Catalunya, Jesús del Hoyo, hizo hincapié en la falta de formación en producción gráfica dentro de los estudios de diseño: “no se puede diseñar de espaldas a la realidad técnica de la impresión. Es un error pensar que la creatividad termina en la pantalla del ordenador. La realidad es que lo que diseñamos debe poder producirse en miles de unidades con la misma calidad”.
El desafío de la innovación tecnológica
La conversación giró hacia las nuevas tecnologías de impresión y cómo están cambiando el panorama del diseño gráfico. Víctor Palau introdujo el tema con un ejemplo de un proyecto editorial innovador en el que se combinaron impresión algorítmica, tintas invisibles y códigos QR para llevar la experiencia del lector más allá del papel impreso.
Josep Amat explicó que, aunque la impresión digital ha avanzado enormemente, todavía existen desafíos técnicos: “el mundo digital ha creado la ilusión de que todo es posible pero la realidad es que hay limitaciones. La clave está en entender cómo trabajar con esas limitaciones para crear algo realmente innovador”.
En este sentido, Guillermo Rubio destacó que “la tecnología no solo afecta la producción, sino también la creatividad en sí misma y que, por lo tanto, el diseño debe evolucionar junto con la tecnología”. “Ya no se trata solo de CMYK, ahora tenemos impresión 3D, tintas termosensibles, acabados holográficos… La creatividad debe explorar estas nuevas herramientas”, concluyó.
El papel de la sostenibilidad en la impresión
Otro aspecto fundamental que se discutió en la mesa redonda fue la sostenibilidad. Y es que con un mercado cada vez más concienciado con el medioambiente, las marcas buscan soluciones ecológicas que reduzcan su impacto ambiental sin comprometer la calidad del diseño.
Para Jesús del Hoyo, “no basta con imprimir en papel reciclado. La sostenibilidad debe estar presente en cada fase del diseño, desde la selección de materiales hasta los procesos de impresión y acabados”.
Josep Amat habló sobre cómo su empresa ha implementado técnicas innovadoras para reducir residuos y optimizar recursos: “estamos trabajando con mermas de papel para imprimir nuevos productos, reutilizando materiales que de otro modo se desecharían. Esto no solo es ecológico, sino que también aporta un valor diferencial al producto”.
A su vez, Guillermo Rubio añadió que la sostenibilidad también es una oportunidad para la diferenciación asegurando que “un diseño que integra criterios ecológicos no solo responde a una necesidad ambiental, sino que también genera una conexión emocional con el consumidor”.
Hacia una colaboración más estrecha
La mesa redonda concluyó con un consenso general sobre la importancia de una colaboración más estrecha entre diseñadores e impresores. Víctor Palau resumió el debate con una reflexión: “Si queremos que el diseño impreso siga siendo relevante en un mundo digital, necesitamos trabajar juntos desde el inicio del proceso. La impresión no es solo una fase final, es parte de la estrategia creativa”.
Finalmente, Jesús del Hoyo advirtió sobre la alienación digital y la pérdida de valor de lo físico: “si no educamos al consumidor en la importancia de lo tangible, corremos el riesgo de perder toda una tradición gráfica y sensorial”.
Claves para una colaboración efectiva entre diseñadores e impresores
- Diálogo desde el inicio: la comunicación evita errores y optimiza los resultados.
- Conocimiento mutuo: diseñadores e impresores deben comprender los procesos y limitaciones de cada uno.
- Elección de materiales adecuada: la selección del soporte influye en la calidad final del producto.
- Pruebas de impresión: la idoneidad de realizar tests antes de la producción en masa minimiza riesgos.
- Innovación y sostenibilidad: integrar nuevas tecnologías y materiales ecológicos aporta valor y diferenciación.
- Formación continua: tanto diseñadores como impresores deben actualizarse sobre tendencias, materiales y tecnologías.
- Exploración de nuevas técnicas: desde la impresión algorítmica hasta tintas invisibles y QR, la innovación abre nuevas posibilidades creativas.
- Trabajo conjunto en el desarrollo de prototipos: la fase de prueba y error con prototipos físicos evita ajustes de última hora y mejora el producto final.
- Adaptación a las necesidades del cliente: comprender los objetivos comerciales y comunicativos garantiza una producción alineada con la estrategia de marca.
- Aprovechamiento de la inteligencia artificial: las herramientas digitales pueden optimizar procesos sin sustituir la sensibilidad del ojo humano en los detalles finales.
Graphispag dejó claro que el éxito de un producto impreso no depende solo del diseño o de la tecnología de impresión, sino de la colaboración efectiva entre ambos mundos. Diseñadores e impresores deben convertirse en aliados estratégicos para llevar la creatividad a su máxima expresión con un producto gráfico final de calidad.
Cristina Benavides, colaboradora de Graphispag
